Las masas, lo mejor.
Mi pecho se emocionó y pasó de un estado totalmente frío a uno medianamente cálido. Me dí cuenta de que lo mejor es ver los partidos en masa. No me mal interpreten, no me refiero a biscochos de grasa, tortitas o masas finas, aunque la idea de tomarse unos mates con esas exquisiteces no es una mala idea. Me refiero a una masa diferente pero igual de homogénea. Aglomeramiento, multitud, muchedumbre, como quieran llamarle. Lo mejor es ver el partido entre muchos, en un bar o café, en una escuela, en un cine, en una plaza, si hay pantalla gigante mucho mejor. Nos contagiamos, puteamos, nos emocionamos, saltamos y gritamos: que grande el loco! San Martín Palermo, convirtiendo el gol del pueblo. Sin embargo, hay algo que la masa popular, ese pueblo súper feliz y sin problemas, puede hacer sin darse cuenta: olvidar. Lo peor es olvidarnos del pasado. Eso lo aprendí…ehh, no lo recuerdo en este preciso momento pero de lo que no me olvido es que nuestro felicitado Loco fue el que en la Copa América 1999 marcó un record en los Guiness: errar tres penales en el mismo partido ante Colombia. ¡Ja! No esbozaré ningún tipo de teoría al respecto, sino más bien alertarles que si perdemos contra México nos vamos a acordar, y lo vuelvo a decir, del ¡6 a 1 con Bolivia! Imperdonable. Y también nos vamos a dar cuenta de que el azúcar subió hasta el cielo entre otros tantos comestibles, de la nafta ni hablar. Vaya anotando precios Sr. Maradoniano. Leí en elconjuro.blogspot.com, un blog que sigo desde hace tiempo, que “el sueño está en marcha, hay que abstraerse de los problemas importantes, dejémonos llevar por la necesidad de ganar una Copa del Mundo”. ¡Si hasta mi vieja, la menos maradoneana de la tierra, ahora le tiene fe al Diego! ¿Qué más podemos esperar? Y creo que a esta altura, la verdad es que tenemos que salir campeones y olvidarnos de todo. Incluso hasta los K están con su plan de “buena onda” durante el mes del mundial. Todos festejamos, algo parecido como sucedió con los festejos del bicentenario. Si le ganamos a los que se criaron viendo el Chavo del 8, tenemos unos días más de felicidad y alegría. Néstor seguirá recorriendo el país haciendo campaña mientras nosotros miramos los partidos y nos hacemos los Directores Técnicos. Es indudable de que si levantamos la copa el slogan kirchnerista rezará: "Última parada, la demagogia". Pero si nos quedamos a mitad de camino el pecho frío no será sólo el mío.
Nota: columna publicada en el suplemento DXT 10 Suplemento Mundial 2010, en El Diario de la República, San Luis, Argentina.