23/7/10

Hela, una chica inoportuna

Distante y cordial, vida nueva
Escena fugaz
Mirada sensual,
sonrisa virtual.

"Sentidos, emociones...mmm...no hay palabras eternas", dice Hela.
Busca liberar(se), la libertad es feliz.
Ella tiene frases ocultas, desesperadas, con excesos, angustias, pasiones oscuras, deseos moralmente no aceptados por las jerárquicas eclesiásticas.
Frases sueltas, diálogos inventados en una habitación de un hotel cualquiera al costado de cualquier ruta de la provincia.
Hela se imagina perversa frente al espejo del techo, grita desesperada y su deseo nuevamente se desvanece en la cama sucia de un cuarto utilizado por amantes fugaces.
Loca y descarada se enfurece con los hombres y las mujeres que la usan, su feminismo no se arrodilla ante las feministas de su entorno. Sabe que nadie tiene la verdad absoluta.
Ella se siente libre y escribe con su lápiz labial en el espejo de un baño sucio: "tengo que leerme". Seguidamente se arrodilla, aspira una línea de merca y sale a la calle. Espera un subte que no existe y no recuerda bien qué es lo que pretendía hacer.
El viento frío seduce su cara pálida y hace que su sonrisa se congele eternamente.

6/7/10

A la tarde tenía un partido


A las 9 en punto de la mañana sonó el despertador a través de su celular. Se vistió y corrió las cortinas para ver cómo había amanecido. Era un día bastante despejado, no hacía demasiado frío y el sol mostraba sus rayos radiantes. Fue hasta la despensa del barrio y pidió medio kilo de pan, estaba cerca de llegar el fin del mes y no podía darse el placer de unas medialunas. Volvió hasta el departamento en el que alquila, puso el agua para los mates y fue hasta el dormitorio a despertar a su pareja. Encendió la TV y comenzó a cebar el primero. El tiempo pasaba y los mates también. A cada segundo las sensaciones aumentaban. Ambos se irritaban de a poco. Una secuencia sintetizada podría ser la siguiente: ilusión, gloria, agonía, sufrimiento, dolor, tristeza, desilusión, todo en ese orden. Una mesa rota de tanto golpearla. La garganta destruida de tantos gritos. Entra, entra, entra… y nunca entraba, es más, nunca entró. Ya todo estaba dicho, escrito, determinado. El sonido final sentenció una frustrada mañana, la peor luego de 19 días. Las lágrimas contenidas. Salió a la calle con la cara agonizante, la verdadera cara de un sufrido. El cielo ya estaba gris, evidentemente se había nublado. Caminó sin sentido. Pensó qué pasó, qué hicieron mal. Caminó un par de cuadras y fue a almorzar con sus familiares. Argentina quedó afuera de Mundial 2010 y él, en una cancha de tierra, tenía un partido de fútbol un par de horas más tarde.

2/7/10

Siempre hablé de fútbol V

De la serie Siempré hablé de fútbol,  la peor:

ADICCIÓN MUNDIALISTA

Sin quererlo, sin darme cuenta, me he vuelto un adicto al fútbol. Sé que suena raro. Mucho más de una persona que no se emocionaba demasiado al observar a 22 personas muy bien pagas corriendo detrás de un balón. Pero la verdad es que me encariñé tanto con este deporte que necesito ver un partido urgente, no análisis de jugadas o repeticiones de goles ¡necesito fútbol en vivo y en directo! Necesito las odiosas pero adictivas vuvuzelas en vivo. Ya no quiero ver las entrevistas a los jugadores de la selección, las polémicas de los alemanes, los entrenamientos, nada de eso. Quiero fútbol y además ver la cara cuadro por cuadro de cualquier jugador, tan pero tan en cámara lenta como si estuvieran siendo atravesados por un hacha a la altura de la cintura, al mejor estilo de una película de terror. Esas cámaras de los sudafricanos son de lujo, pero si me hicieran lo que hacen reaccionaría como Heinzei. Han sido 19 días sin interrupciones en los que cada partido se transformó en una necesidad primaria para mí ser, tan vital como el aire. Creo que es por ello que en estos días sin fútbol las horas laborales se me han hecho interminables. La rutina volvió, la gente retomó su trabajo, el estudio y los quehaceres cotidianos. El viernes comenzaron los cuartos de final pero resulta que después de ello nuevamente estaremos un par de días más esperando las semifinales y creo que eso me va a jugar en contra. Porque voy a estar nuevamente en ese fastidioso estado de abstinencia. Como cuando uno deja de fumar porque esta enfermo o cuando no se puede comer un buen asado con vino por razones hepáticas. Espero ser claro, mi entusiasmo es tal que ya esta por las nubes. Hasta me animo a afirmar que ahora entiendo a todos los que elevan al Diego al estado de D10S. Y al comprender y poseer ese sentimiento la vida me sonríe, soy feliz junto a cada maradoniano. Es muy probable que cuando lean esta columna ya estemos en semifinales y a un pasito de ser campeones. Pero sino es así el efecto será catastrófico. Todo el territorio argentino estará de luto, triste, volviendo a la realidad más cruel. Y a eso hay que sumarle que la promesa de Luli ya no será válida. Por eso ahora también le pongo un par de fichas a Paraguay y su paraguaya Larissa Riquelme. Como para que la copa esté cerca vio. 


Nota: columna publicada en el suplemento DXT 10 Suplemento Mundial 2010, en El Diario de la República, San Luis, Argentina. (posiblemente)