Sin causa

Fue sin querer que las cosas se dieron de esa forma. Y no me refiero al hecho de haber viajado demasiado. Ni a la circunstancia del viaje. Más acá de todo lo que fue, y de lo que viene, la espera se hace inestable y los ojos vuelven a irritarse. Pero sé que él estará para recibirme y darme aposento para renovar fuerzas ajenas. La distancia se convierte en placer cuando la ruta se abre ante los ojos. Los nuestros. Las charlas, las cervezas, las risas, los silencios...las lecturas, las agonías, las discusiones...y el humo, por supuesto. Pero lo más destacable, por decirlo de cualquier manera antojadiza, es la relación que nos une. Desde siempre y, tal vez, sin saberlo. A ustedes cumpas!
Un abrazo fraterno desde las frías pero cálidas noches de este lugar.