Es difícil describir ciudades en movimiento. Este no es el caso.
Caminar por la Avenida Argentina hacia el bajo y enterarte que te cobran una entrada algo cara.
Breve diálogo y frustación inmediata, pensé que la entrada era gratis.
Yo: Hola, cuánto sale.
Chica que cobra entrada: 20 pesos
Yo: ¿Cuándo empieza?
Chica que cobra entrada: ya, en 1 minuto.
Yo: Bueno, ahora vuelvo.
Fui hasta el kiosco y compré unos Philip Box y retomé el camino por la Avenida, pero esta vez hacia el alto. Pablo me esperaba en el puesto de la distribuidora y editorial Kuruf.
Estuvimos charlando, incluso luego de levantar el puesto, me acercó hasta mi departamento (alquilado obviamente).
La idea fue esa, salir del encierro, socializar. Mirar, observar. Leer las caras distraidas o los autos tuneados, los skaters, los biker's, las chicas que se quieren parecer a Lila Down, los caretas y las caretas, la familia, los católicos, el policía asqueroso, los artesanos, los que se hacen los anarcos y son buchones de la federal, las chicas lindas, los chicos tuneados como los autos, las abogadas progres que nunca te imaginarías que fueran abogadas, los chicos de la calle.
Correr desnudo por la Avenida aún sigue siendo ilegal.
2 comentarios:
MUY BUENO. Pero siempre te jodo por lo mismo, desprendete del anark-estilo del tipo "La idea fue esa, salir del encierro, socializar". Sobre todo lo de socializar.
jaaa! muy buena su crítica peach!
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