Las montañas dóciles…
Miro el sol, la brisa me reconforta
Y ese pájaro que vuelve por las tardes
Me descompone
Las montañas están ahí, donde siempre,
Inmóviles, dóciles,
Estáticas.
A veces, el suelo se tambalea y me transforma
En un ser que espera la muerte, dócil, estático,
Inmóvil, como las montañas…
El movimiento de la tierra me encuentra esperando
A la muerte, acostado, sentado
o cagando en el baño del fondo.
No soy más un huérfano pues de la nada vengo
Y hacia allá voy…
Existe algo
Existe algo que nos debemos mutuamente…
La inconsistencia inoportuna de tus labios
Me desvela en placeres ajenos…
No puedo encontrar el momento crítico
Para fluir entre manantiales de lujuria
Eterna y plena insolencia de astucias
Perplejas, perpetuas.
Me he permitido un nuevo descanso
Por la necesaria voluntad
De mis instintos
Desacelerados por la causa ajena
Que me somete al estiércol En breve, un poco más de Hela.
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