El verdadero personaje, el que siempre estuvo en el interior del traje de ALF, ha muerto.
Desde este blog nuestro más sincero homenaje!
29/5/10
11/5/10
Adelanto II
(Este es otro adelanto del adelanto del que hablé un par de semanas atrás...por lo que es otro borrador)
Dale escribí, esa fue la premisa, la idea base de donde salimos. De ahí también que lo de la primera persona y sin personajes o actores concretos en las primeras páginas sea un poco molesto para algunos. Y también de ahí lo de inútil, porque siempre genera algún tipo de reacción o manifestación concreta cuando alguien te dice inútil. A mí lo único que me sale es decir, andate a la mierda, entre otras cosas. Pero lo de inútil es como un gancho publicitario, merchandising de manual. Es estar en la cresta de la ola, es lo cool. Es lo que salva a este escrito. Es la reivindicación espontánea, es escuchar Alabama Song o Soul Kitchen de Morrison, junto a una chica en un bar perdido en la ciudad de Neuquén, tomados de las manos, bastante ebrios y prometiéndonos amor eterno. Eso es poesía, la del barrio, la de la esquina, la de la cerveza o la del vino en caja.
Cantando, corriendo, llorando, riendo. Todas las emociones juntas y dispersas durante todo este tiempo. Desde aquella vez en que aprendí a hacer malabares con unas piedras junto a unos pibes de San Luis que andaban por el barrio Melipal. No recuerdo bien si estaba de vacaciones o si aún vivía en aquel lugar, lo importante es que durante las noches de ese verano aprendí a jugar de otra manera, desde otro punto de vista. Ahora recuerdo, eran vacaciones. Ese nuevo juego me llevó a ver las cosas bajo una percepción menos materialista de la que nos acostumbran nuestras familias. Volví a San Juan y me metí de lleno a las calles y no significa que no las conociera sino que las interpreté desde el mismo asfalto, conociendo gente, escupiendo fuego, recibiendo monedas, tucas, frutas, caramelos, cigarrillos, remeras y todo aquello que la gente que se copaba te quería dar, incluso algún que otro billete. Que alegría cuando veía a un Belgrano asomarse por una ventanilla, obviamente que no era del todo común pero alcanzaba para tirarse en la esquina a esperar, descansar, ver cómo la gente circula, mirar a las chicas y a los chicos caminar, ver las miradas opacas de la ciudad, la mirada perdida, la famosa mirada perdida. Encontré en las calles esa otra cultura que venía mamando desde las marchas estudiantiles o los cortes de ruta desde la adolescencia, pero ahora era distinto, hasta pensé que hacía arte con las clavas, los aros, las antorchas. Conocí al punguista, a la prostituta, a los que estaban de paso, a los vendedores ambulantes, a la fucking policía que ya la conocía como fucking policía, a los políticos, a los transas, a los dialers. Pero también volví a reconocer a la gente que creía que conocía. La calle, desde esa forma de vida, se convirtió en un nuevo método experimental, el día a día, el hoy y no enroscándome con el mañana eterno, con el futuro incierto. Fue una elección, ya lo venía pensando, no depender de nadie, esto es: no tener un patrón. Duró lo que tenía que durar pero fue un tiempo en el que la vida era la vida misma, en el que los fanzines circulaban por donde me movía. Sea como sea, todo lo que iba sucediendo, tenía la certeza de buscar la felicidad, la libertad. Libre y feliz, a mi modo pero al fin intentándolo.
4/5/10
Esperando
A veces recuerdo que tengo un blog, que no sé bien para qué lo había creado. La idea principal: para compartir esas poesías (o escritos varios) que nunca comparto, pero también para no dejar de lado la práctica de la escritura.
Mientras leía Sí de Thomas Bernhard, recordé que aún estoy esperando que Gustavo me lea su poema titulado: "Acá todas las chicas quieren ser como Lila Downs".
Ahora, Pocas Palabras:
Pocas palabras,
cuando tenía que hacerlo
no lo hice.
Cuando corrí, no debí hacerlo
cuando las velas ardían
me consumí
me volví fotógrafo
cuando salté
me fui corriendo de a poco
las migajas de la vida
de un destino que
no es turístico...
y de esa forma, de esa asquerosa manera
me quedé colgado mirando una foto del sol...
y nunca lo pude ver definitivamente.
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