No me da la cabeza. Y no es porque lo merezca o por naturaleza alguna. No me da la cabeza es una frase confusa, pero a la vez certera. Puede significar lo mismo que creemos que su sentido nos proporciona. No me da la cabeza porque no tengo comida o porque, tal vez, algún dios así lo deseé. Todo lo contrario: no me da, reducción. ¿Por los medios de comunicación? (brevísima atención a la rima). Punto.
En cambio, cuando decimos: sí...(!) No, no, no...estoy muy equivocado. Al respecto, la idea que se disuelve y una sonrisa. Aunque también podría la frase referir a una gorra o sombrero. Pero la naturalización a la que estamos expuestos nos lleva o arrastra hacia la unidireccionalidad de los sentidos ( y no sólo en términos semióticos).
O puede que "no me de la cabeza" para entender cuando el aparato represivo del estado fusila a un trabajador.